El peluquero francés es el título de la novela de Guido Rodríguez, ganadora del concurso de novela «Lidia Guanes». El autor conversa y ofrece un fragmento del texto.

-¿Cómo maneja el tratamiento de la historia dentro de la ficción?

-«La novela histórica debe rehacer desde adentro lo que los historiadores han hecho desde afuera», dijo Margarita Yourcenar. Un historiador nos dice cómo era la vida romana en tiempos del emperador Adriano; la Yourcenar nos mostró como vivió Adriano su tiempo. Sin tener el nivel de esa escritora, me propuse mostrar cómo se vivía en el Paraguay de 1855, y para eso me valí de un testigo, el peluquero, que nos da su versión de aquel tiempo.

En un primer momento, me propuse hacer una nueva versión de la novela de Manzoni, Los novios; quería mostrar cómo era aquel tiempo desde el punto de vista de una pareja común. No llegué a tanto, así que me quedé con el enamoramiento del peluquero con Francisca Garmendia, enamoramiento que contaba con el apoyo de Elisa Lynch, cansada de las veleidades donjuanescas de su novio Solano López.

-¿Cuáles son las obras y los autores que más presente tiene en cuanto a modelos de novela histórica?

-Admiro a Honoré de Balzac, Benito Pérez Galdós, Charles Dickens, Gore Vidal, Sebastián Vasalli y Francesca Sanvitale.

-¿Se puede afirmar que novela y cuento pasan por un buen momento en el país?

-No, no se puede, porque los intereses comerciales pesan demasiado. Por eso ha recibido un premio Lily Tuck, autora de ese atroz escrito titulado Noticias del Paraguay. La señora que escribió Harry Potter tiene una fortuna superior a mil millones de dólares, mientras que Balzac y Cervantes vivieron acosados por las deudas. No es justo.

-¿A qué escritores o escritoras admira?

-Además de los ya mencionados, admiro a Gabriel Casaccia, el mejor novelista paraguayo. Admiro a Mempo Giardinelli, a Juan Rulfo y a Jorge Luis Borges. Siento que ya no estén con nosotros Helio Vera ni Raquel Saguier.