Desde hace más de tres décadas que la localidad de Pedro Juan Caballero en Paraguay produce la planta de marihuana que es consumida en Argentina. En la localidad opera el Cartel de Amambay, a cargo de la logística que envía por avión la sustancia hacia Argentina.

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Además, la industria del narcotráfico alimenta a todos los fiscales, jueces y policías, abonando la suma de 10 millones de Guaraníes para que dejen exportar sin problemas la marihuana. En la zona hay cerca de 60 pistas de aterrizaje ilegales desde las cuales se va despachando la droga hacia Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes.

Lo de la colusión con agentes de policía, la marina y fiscales no es algo raro de lo cual tengamos que admirarnos, ya que en casi todos los países productores como Bolivia y Perú, se hace exactamente lo mismo y la única diferencia es que todos lo saben y nadie dice nada, sólo se ven los interesantes dividendos que va dejando la droga a su paso por los bolsillos de los operadores grandes.

Las vías de exportación de droga paraguaya no se limita a la aérea, sino que también se ocupa la vía terrestre y marítima, a través de las embarcaciones que van por el Río Paraná.

El nivel de corrupción en Paraguay es tal que el mismo Coronel Benítez Liseras, apresado un par de años antes por tráfico ilícito de sustancias fuera designado por el Presidente de Paraguay en el cargo de Director de Inteligencia de la Fuerza Aérea de Paraguay. Ya ustedes sacarán sus propias conclusiones.

Vía: misionlandia

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