Cada año, los días 8 de diciembre, los creyentes se reúnen en Caaupé para participar en la fiesta religiosa en honor de la Virgen de Caacupé. Cientos de miles de personas hacen la peregrinación cada año y la mayoría vienen a pie, como es la tradición, de hasta 100 millas de distancia. El festival normalmente dura varios días.

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La estatua que se ve aquí, tiene una delicada forma de cara ovalada y ojos azules. Sus manos se encuentran unidas en posición de oración, llevando consigo una elegante túnica blanca de nieve y un manto cielo azul alrededor de su hombro, que son adornados con bordados de oro. La estatua se alza en una esfera que se basa en una gran media luna.

Durante el festival, se utiliza una copia de la estatua para prevenir cualquier daño a la original. Desde hace algún tiempo, para poder adornar la estatua con ricos vestidos, la copio se amplio de manera desproporcionada. Las autoridades de la Iglesia decidieron finalmente que la copia debe tener el mismo tamaño que la estatua original.

Los devotos creyentes, son personas que necesitan ayuda divina y enfermos o heridos que llegan a Caaupé para hacer peticiones y oraciones ante la estatua. El guijarro apedreado en la plaza delante de la basílica es lo suficientemente grande para dar cabida a 300.000 personas y cada esta mas lleno. Durante la noche, muchas personas duermen en las aceras, hay parches de césped y arbustos.

Durante el festival, se realizan misas durante todo el día. Hay un gran mercado a través de la ciudad que se llena de cientos de vendedores de recuerdos y personas que venden alimentos. La ciudad acoge un gran despliegue de fuegos artificiales y miles de personas que participan en una procesión. Este es un festival de celebración, de dar gracias y rezar, esperando por una respuesta o un milagro, siempre mostrando devoción y amor a la Virgen María.

Foto: flickr

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