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Experimentar el legado nazi en América del Sur cuesta apenas unos USD 40, tasa que sale pasar una noche en la mejor habitación del Hotel del Lago, fundado en 1888 en las orillas del Lago Ypacaraí, en la pequeña ciudad de San Bernardino, a 50 kilómetros al este de la capital del país, Asunción.

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Este hotel se ha convertido en un destino de moda para pasar las vacaciones, ya que dentro de este lugar, estuvo Joseph Mengele, el Ángel de la Muerte, un oficial alemán de las SS y médico en el campo de concentración nazi en Auschwitz-Birkenau.

Después de la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Mengele huyó a Sudamérica, donde se escondió durante décadas.

Según cuentan los rumores, Mengele fue uno de los criminales de guerra nazis más buscados, y murió en San Bernardino, no en Brasil, como se cuenta por casi todas partes.

De todos modos, la pequeña ciudad de San Bernardino alberga muchos fantasmas del pasado, ya que esta zona fue fundada en 1881 por 5 familias alemanas, y todavía alberga una colonia menonita alemana.

Detrás de la fachada tranquila y el ambiente tropical, este pueblo esconde una larga serie de conexiones con el nazismo. Por ejemplo, Bernhard Förster, tras el fracaso de su proyecto para financiar una colonia aria en Paraguay, prefirió suicidarse antes que asumir el fracaso de su proyecto como un deshonor.

En la década de 1930, el nazismo se hizo popular en Paraguay, y Förster era como un héroe para algunos. La habitación de este héroe nazi del pasado, es la número 19.

Una de las pequeñas torres del edificio, era el lugar preferido de una de las mujeres más poderosas de San Bernardino, la franco alemán Hilda Ingenohl, conocida como “La Tigresa”, debido a su pasión por la caza de grandes felinos.

Ella era nazista, adoraba las ideas de Hitler y afirmaba ser su amiga. Se dice que fue enfermera durante la Primera Guerra Mundial, y volar era una de sus grandes pasiones. Algunos dicen que en realidad era piloto de guerra.

Cuando terminó la guerra en 1918, Ingenohl se mudó al sur de Estados Unidos, pasando primero por Uruguay, Argentina y finalmente San Bernardino, lugar del que ella se enamoro. Compro 200 hectáreas de terreno, pero paso la mayor parte del tiempo en la torre del Hotel del Lago.

Entre los clientes notables que tuvo este hotel, se encuentran el escritor y aviador francés, Antoine de Saint Exupéry y el escritor sueco Ida Backmann.

Vía/ Time, Fotos/ (Lina Kraemer), (Waferre)

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